Con base en su función y estructura bioquímica el páncreas es una glándula mixta, es decir, está conformado por dos tipos de tejido funcional; el exocrino y el endocrino.
El 98% del órgano lo compone el tejido exocrino, formado por numerosos conductos y acinos glandulares conectados por tejido conectivo y recubiertos por una delicada cápsula, cuya función es sintetizar, almacenar y secretar al duodeno, las enzimas necesarias para la digestión de los alimentos. Del 1 al 2% restante corresponden al tejido endocrino formado por los islotes de Langerhans distribuidos en todo el órgano, los cuales cumplen con una función metabólica en la síntesis y secreción de productos hormonales peptídicos que mantienen la homeostasis de la glucosa sanguínea primordialmente (Brandan, Llanos, Miño & Ruíz, 2006: 1). El tejido endocrino se distingue del tejido exocrino por su escasa afinidad por la tinción de Hematoxilina-Eosina (H-E).
El páncreas es el segundo órgano en tamaño de los que pertenecen al aparato digestivo. Como ya se mencionó anteriormente el páncreas es una glándula mixta, con función secretora endocrina y exocrina.
El páncreas
endocrino desempeña un papel imprescindible en la regulación del metabolismo
principalmente de carbohidratos, lípidos y proteínas (Escobar & Tébar, 2009: 19). Su función se lleva a cabo en los
islotes de Langerhans; implica a un grupo de células que se organizan en torno
a capilares, con la finalidad de verter sus hormonas al torrente sanguíneo, que
los traslada hacia los tejidos u órganos blanco (Ascencio, 2012: 54).
La función
exocrina del páncreas, reside en las células acinares o acinos pancreáticos,
que vierten hacia el duodeno las enzimas pancreáticas, (Argente &
Alvarez, 2008: 756) que son
el mayor y más importante constituyente
del jugo pancreático. Esta secreción provee las enzimas necesarias para la
mayor parte de la actividad digestiva del aparato gastrointestinal aportando el
pH óptimo contiguo a la neutralidad para la función idónea de estas enzimas;
además favorece la protección de la mucosa duodenal tanto del ácido gástrico procedente
del estómago mediante la neutralización del quimo ácido, así como, de la
pepsina que se inactiva de modo irreversible en presencia del pH alcalino. Por
ende la función de la secreción exocrina del páncreas es propiciar una digestión
adecuada.
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