viernes, 25 de febrero de 2022

Anestésicos Generales

 INTRODUCCIÓN

La anestesia es la depresión descendente y controlada de las funciones del SNC inducida farmacológicamente. Es un estado reversible de depresión del SNC, caracterizado por pérdida de la conciencia (hipnosis), de la sensibilidad (analgesia), de la actividad refleja (protección nuerovegetativa) y de la motilidad ( relajación muscular).

Los anestésico generales son agentes que producen una pérdida reversible de toda sensación y de la conciencia. Sus efectos son: pérdida de todas las sensaciones, especialmente del dolor; sueño (inconciencia) y amnesia; inmovilidad y relajación muscular; supresión de los reflejos.

Los fármacos anestésicos pueden afectar en primer lugar a las partes del cerebro de mayor complejidad, el neocortex, pero con dosis mayores sus efectos se extienden a zonas más inferiores del Sistema Nervioso Central, hasta que finalmente se deprimen los centros bulbares y la médula espinal, a esto se le denomina efecto de parálisis descendente. (Velasco Martín & Álvarez González , 2006)

En base a la vía de administración existen 2 tipos de anesésicos generales, los inhalatorios y los intravenosos. Los anestésicos inhalatorios tienen una velocidad de inducción (producción de la anestesia quirúrgica) rápida, es decir que el periodo de inducción es corto a igual que el periodo de excitación.

Los anestésicos por vía intravenosa se pueden administrar como agentes únicos para producir anestesia en procedimientos quirúrgicos de corta duración, pero con mayor frecuencia se usan sólo en la inducción.

En esta práctica se llevó a cabo la administración de éter etílico en ratones; fue el primer anestésico general que se demostró útil en el año 1846, aunque actualmente está en desuso por su inflamabilidad y por ser irritante de mucosas. El éter etílico, o dietiléter es un éter líquido, incoloro, muy inflamable, con un bajo punto de ebullición, debido a que es muy volátil es empleado en farmacología como anestésico inhalatorio para estudiar las etapas de la anestesia general en modelos biológicos.

OBJETIVO

Evaluar las diferentes fases de la anestesia general mediante la administración de éter etílico; un anestésico general inhalatorio, en ratas Wistar con el fin de demostrar bajo qué dosis, éste desarrolla su efecto anestésico descendente.

HIPÓTESIS

Si se administran dosis ascendentes del anestésico general, éter etílico, en ratas Wistar podrá entonces observarse un desarrollo del efecto anestésico descendente del mismo de manera directamente proporcional.

DIAGRAMA ECOLÓGICO


RESULTADOS







ANÁLISIS DE RESULTADOS

El término anestesia significa insensibilidad. Este hace referencia a la pérdida total de las sensaciones corporales en un área orgánica o en su totalidad, inducida por un fármaco o una combinación de ellos que deprimen la actividad del tejido nervioso, ya sea de forma local, regional o general. La anestesia general se puede definir como un proceso reversible por el cual se logra relajación muscular, hipnosis, analgesia y ausencia de reflejos mediante el uso de un agente o una combinación de varios. (Castiñeiras,s/a) Las sustancias con propiedad anestésica inducen generalmente la depresión del sistema nervioso central. Por ello, al aplicarlas, debe tenerse mucho cuidado con su concentración pero sobre todo con la cantidad que se suministra al paciente.
En el pasado, hasta el descubrimiento de los modernos fármacos, la anestesia general podía lograrse con una sola sustancia, pero con un riesgo evidente de morbimortalidad. En cambio en la actualidad, existe la posibilidad de combinar los distintos fármacos con el fin de conseguir los requisitos de una buena anestesia general. Dentro de los anestésicos generales podemos encontrar dos principales clasificaciones. La primera de ellas incluye a los fármacos intravenosos que son generalmente empleados para inducir la hipnosis. Algunos como el propofol pueden emplearse en perfusión para mantener el sueño anestésico durante una intervención.
Por otra parte, se encuentran los fármacos inhalatorios. Con ellos empezó la anestesia general a mediados del siglo XIX y hoy en día se siguen empleando nuevos derivados, especialmente para el mantenimiento de la hipnosis durante la cirugía. Estos agentes se subdividen a su vez en cuatro diferentes grupos: líquidos volátiles, éteres, hidrocarburos halogenados y gases anestésicos.
Los agentes inhalatorios tienen unas características farmacocinéticas muy específicas que añaden dificultad a su comprensión y manejo, pero existen tres conceptos propios de cada agente que son fundamentales para su manejo siendo estos: su coeficiente de partición sangre/gas, su coeficiente de partición aceite/gas y su concentración alveolar mínima (CAM) de la cual se hablará más adelante.
Por su parte, el éter etílico; líquido sumamente volátil que produce vapores irritantes inflamables y explosivos, es un anestésico potente y un buen analgésico que proporciona una relajación muscular considerable. Es muy soluble en la sangre y por ello la inducción es prolongada y desagradable, con agitación, espasmos inspiratorios, salivación y aumento de las secreciones respiratorias siendo que la recuperación postadministración es lenta.
De manera experimental se llevó a cabo la administración de diferentes dosis del agente anestésico éter etílico en ratas Wistar. De manera literaria según Guedel, tras la administración de este fármaco se pueden observar cuatro diferentes fases de anestesia: fase de analgesia ; la cual abarca desde el momento en que inicia la inhalación del anestésico hasta la pérdida de la conciencia, fase de excitación; abarca desde la pérdida de la conciencia hasta el comienzo de la respiración regular siendo que en esta fase se presentan signos característicos como la excitación, agitación, respiración irregular y estimulación simpática anestesia quirúrgica; desde el comienzo de la respiración regular hasta la cesación de la respiración espontánea, esta fase se divide a su vez en cuatro planos a medida que la anestesia pasa de ligera a profunda, parálisis bulbar; desde la cesación de la respiración hasta la insuficiencia circulatoria y la muerte. (Tripathi, 2008)
Ahora bien, durante la experimentación se evaluaron las diferentes fases de anestesia inducidas por el agente ya mencionado, de manera cualitativa fue posible el apreciar que tras la introducción de las ratas a las respectivas cámaras de anestesia y su posterior cierre, estas comenzaron a presentar de manera inmediata los efectos clásicos de la fase de excitación observados como aumentos considerables de la respiración de tipo torácica también denominada respiración errática, como es posible visualizar en la gráfica 1; el tiempo de finalización para esta fase disminuyó de manera directamente proporcional al aumento de la dosis administrada. Posteriormente, la entrada de los modelos biológicos a la fase de anestesia quirúrgica se encontró evidenciada por los cambios existentes en la actividad respiratoria así como la actividad motoramuscular. 
De acuerdo con esto, fue posible clasificar la fase como anestesia quirúrgica de plano 1 cuando la respiración de las ratas era de tipo torácica-abdominal esto aunado a la disminución del movimiento en sus ojos y la relajación muscular evidenciada en sus extremidades, por otra parte, fue posible clasificar a la fase observada como anestesia quirúrgica de tipo 2 cuando la respiración de las ratas era primordialmente abdominal siendo que en este caso, los ojos de las mismas no presentaban ningún tipo de movimiento o respuesta mientras las extremidades (patas delanteras y traseras) se encontraban aún más relajadas que en la etapa anterior. En este caso, como puede también ser observado en la gráfica 1, el tiempo de anestesia quirúrgica plano 1 disminuyó a medida que la dosis de éter etílico se encontró aumentada caso contrario a la anestesia quirúrgica plano 2 cuyo tiempo aumentó a medida que la dosis de anestésico se incrementó, siendo este parámetro únicamente evaluado en dos modelos biológicos debido a la muerte de uno de estos. La muerte de este modelo biológico se atribuye principalmente a características propias de su metabolismo, también se puede deber a que a la hora de administrar el anestésico inhalatorio este haya sido más del volumen calculado y eso provocó que el modelo biológico pasará demasiado rápido por las fases de la anestesia y entonces muriera por una sobredosis.
De igual forma, se evalúo el tiempo de duración del efecto anestésico del éter etílico el cual disminuyó con la dosis más elevada del fármaco como se puede observar en la gráfica 2 de la sección de resultados.
Los resultados obtenidos en la experimentación pueden explicarse debido a que los anestésicos inhalatorios son gases o vapores que difunden rápidamente a través de los alvéolos pulmonares y las barreras tisulares. La profundidad de la anestesia depende de la potencia del agente, que puede ser expresada en términos de su CAM (concentración alveolar mínima) que es la menor concentración de anestésico en los alvéolos pulmonares necesaria para producir inmovilidad en respuesta a un estímulo doloroso en el 50% de las personas, y de su presión parcial (PP) en el cerebro, mientras que la inducción y la recuperación dependen de la velocidad de intercambio de la PP en el cerebro. La transferencia del anestésico entre el pulmón y el cerebro depende de una serie de gradientes de presión, siendo que los factores que afectan la PP de los anestésicos en el encéfalo son: la PP del anestésico en el gas inspirado, la cual es proporcional a su concentración en la mezcla de gas inspirada ya que cuanto mayor es la presión inspirada más anestésico es transferido a la sangre acelerando así la inducción, es decir, el establecimiento de la analgesia y relajación muscular. (Arias, 2004)

Es importante mencionar que en el área clínica, la inducción anestésica consiste en llevar al paciente a un plano anestésico compatible con la intubación orotraqueal. Se considera que ésta se realiza cuando el paciente pierde el reflejo laríngeo lo cual se logra con dosis variables de depresores no selectivos del sistema nervioso central. Estos actúan siguiendo la ley de parálisis descendente de Jackson, que dice que las estructuras filogenéticamente más nuevas del SNC son más sensibles que las menos desarrolladas a las diferentes concentraciones del fármaco. La inducción consiste en una dosis de “carga” de anestésico razón por la cual este es considerado un evento de alto riesgo. La sensibilidad del SNC puede verse notablemente modificada por diversas razones. Así pues un mayor volumen por minuto hacia el SNC producto de un estado de shock hemodinámico aumentaría peligrosamente la biodisponibilidad de las drogas profundizando el paciente más allá de un plano seguro. Las modificaciones sobre el equilibrio ácidobase y/o electrolítico así como también el nivel de proteínas séricas podrán también influir sobre la biodisponibilidad de los inductores modificando su efecto. (Hardman, J.G, et. al., 2001)
Las drogas que pertenecen al grupo de los inductores son fundamentalmente depresores no selectivos del SNC. Estos pueden ingresar al sistema por vía parenteral o inhalatorio. En el primer caso la maniobra se completa en escasos segundos, mientras que con anestésicos inhalatorios, el tiempo de inducción dependerá de la droga utilizada y su solubilidad. ( Hardman, J.G, et. al., 2001)
La solubilidad del anestésico en la sangre, esta es la propiedad más importante que determina la inducción y la recuperación. De esta forma, si un anestésico es muy soluble en sangre; como en el caso del éter etílico, debe disolverse una gran cantidad antes de que aumente su PP. El incremento y descenso de la PP en sangre y por ende la inducción y la recuperación son lentos. Flujo sanguíneo cerebral, el cerebro es un órgano con una perfusión elevada, de manera que los anestésicos llegan rápidamente. El fenómeno puede acelerarse con el aumento de la concentración de CO 2 que ocasiona vasodilatación cerebral, con lo cual se aceleran la inducción y la recuperación. (Tripathi, 2008)

Los agentes anestésicos están entre las drogas más peligrosas aprobadas para uso médico, debido a su pequeño margen de seguridad. Su índice terapéutico está entre 2 y cuatro, lo cual quiere decir que la dosis que produce depresión cardiovascular está solamente entre el doble y el cuádruplo de la dosis necesaria para conseguir el efecto anestésico En vista del particular ingreso de la droga ( Anestésico inhalatorio ) al organismo, es difícil establecer la dosis por ejemplo en miligramos por kilo, o en concentraciones sanguíneas. Por eso se utilizan las Concentraciones Alveolares Mínimas ( CAM ó MAC en inglés) para tener una idea de su potencia y su dosificación. (Arias, j., 2004)
La CAM se calculó con la ecuación de estado del gas ideal. La ecuación que describe normalmente la relación entre la presión, el volumen, la temperatura y la cantidad (en moles ) de un gas ideal es:

Los agentes inhalatorios modifican tanto la frecuencia como la profundidad anestésica, en general produciendo una disminución de los volúmenes respiratorios y aumentando la frecuencia respiratoria. Sabemos que el diafragma es responsable del 60% del intercambio normal de la ventilación pulmonar y los músculos intercostales y accesorios de la respiración del otro 40%.. A medida que aumenta la profundidad anestésica, ( y es más notorio en niños y adolescentes) se pierde la función intercostal. La pérdida de volúmenes respiratorios genera un aumento de la presión parcial de CO2 , no contrarrestada puesto que todos los anestésicos deprimen la reacción ventilatoria al dióxido de carbono ( aumento del volumen minuto respiratorio en respuesta a incrementos de la presión arterial de CO2 ). Los agentes inhalados reducen la resistencia de las vías respiratorias por ser potentes broncodilatadores en una manera dosis dependiente. (Arias, j., 2004)

CONCLUSIONES
De acuerdo a lo realizado en esta práctica pudimos observar que tras la administración de un agente anestésico (éter etílico) se pueden observar cuatro fases de anestesia que son la fase de analgesia, fase de excitación, anestesia quirúrgica y parálisis bulbar, las cuales se pueden reconocer al evaluar la forma de respiración y la actividad motoramuscular.
También hay que hacer énfasis en que el efecto anestésico del éter etílico fue disminuyendo a dosis más elevadas lo cual se puede explicar de acuerdo a su CAM y a su presión parcial en el cerebro; así como a la parálisis descendente que provoca según la ley de Jackson.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
● Arias, J. [et.al.] (2004) Propedéutica quirúrgica: preoperatorio, operatorio, postoperatorio. Tébar: España
● Castiñeiras, E. (s/a) Anestesia epidural en los bovinos mediante agonistas alfa dosadrenérgicos y opioides. Universidad de Santiago de Compostela: España.
● Hardman, J.G.; Limbird, L.E. Goodman y Gilman. (2001). Bases Farmacológicas de la Terapéutica. Mc Graw Hill Interamericana. II volúmenes. 10º Ed. España.
● Hurlé, M. (2007). Fármacos anestésicos generales . Madrid: Reverté.
● Tripathi, K. (2008) Farmacología en odontología: fundamentos. Médica Panamericana: Argentina.
● Velasco Martín, A., & Álvarez González , J. F. (2006). Compendio de Psiconeurofarmacología. Madrid: Ediciones Díaz de Santos .

Frotis vaginal-Reporte

 INTRODUCCIÓN

Las ratas albinas hembras ( Rattus norvegicus ) tienen una clasificación reproductora como hembra poliéstrica continua. El ciclo estral es el tiempo que ocurre entre dos periodos estrales, también llamado celo o calor, que está regulado por la interacción de varios órganos: entre ellos están el eje hipotálamohipófisis, el ovario y el útero; en ratas varía normalmente entre 4 a 5 días, en los que se dan las fases: folicular o de regresión del cuerpo lúteo (proestro), fase periovulatoria (estro, metaestro) y fase lútea (diestro).

El ciclo estral es un proceso dinámico, continuo y dependiente de la interacción de órganos como el cerebro y el tracto reproductivo de la vaca, varias hormonas y efectos medioambientales; el crecimiento y desarrollo de los folículos y del cuerpo lúteo está regulado por la interacción coordinada de todos estos elementos y hormonas.

En la mujer los cambios cíclicos son poco notables en el epitelio vaginal, en cambio en la rata hay cambios prominentes en la morfología de dicho epitelio.

Una de las diferencias principales consiste en que en el ciclo menstrual los cambios uterinos son más notorios, el endometrio uterino depende en mayor grado en las hormonas ováricas y la necrosis que sufre cuando los niveles de estas hormonas bajan al final de la fase postovulatoria produce la degeneración del epitelio uterino acompañada de hemorragia (menstruación). Dicha menstruación está ausente en las hembras de mamíferos no primates donde los cambios en el endometrio uterino son menos notorios, dado que la fase lútea del ciclo está atenuada, sin embargo hay grandes cambios morfológicos en el epitelio vaginal que pueden usarse para caracterizar el ciclo estral, por medio del frotis vaginal que es un método de exploración microscópica de secreción vaginal, que consiste en realizar una extensión de la muestra sobre un portaobjetos para examinar al microscopi o .

Por lo expuesto anteriormente, en esta sesión de laboratorio se puso en práctica la elaboración de frotis vaginales y su observación en el microscopio óptico para identificar los cambios del epitelio vaginal de rata y asociarlo con la fase del ciclo estral correspondiente, siendo que estos conocimientos serán de utilidad para la experimentación con anticonceptivos.

OBJETIVOS

Aprender a realizar los frotis vaginales y adquirir las habilidades necesarias para la identificación de las diferentes etapas del ciclo estral de la rata de acuerdo a las células observadas en cada una de ellas mediante la observación microscópica y relacionándolo con los cambios hormonales.

HIPÓTESIS

Sí son manejadas ratas Wistar hembras sin algún tratamiento y a estas se les monitorea mediante la técnica de frotis vaginal, entonces podrá ser posible el apreciar las diferentes etapas del ciclo estral de las mismas pudiendo así reconocer el ciclo de manera secuencial.

DIAGRAMA ECOLOGICO

RESULTADOS



ANÁLISIS DE RESULTADOS

El frotis vaginal es una prueba muy sencilla, totalmente indolora y rápida. Este consiste en la recolección de una muestra con fines analiticos para la evaluación microscópica de la secreción vaginal. (K alant Harold, 2002) Como se mencionó con anterioridad el ciclo estral se define como el período comprendido entre la aparición del estro y hasta el comienzo del siguiente, o bien, el intervalo de tiempo comprendido entre dos ovulaciones. (K atzung, B, 2002 ). Es necesario mencionar que la duración del ciclo estral depende de cada especie.

Para estudiar este ciclo se utiliza frecuentemente a las ratas de laboratorio ya que la duración del mismo es muy corto (4 – 6 días) y se pueden apreciar las etapas comprendidas en el mismo de manera sencilla.
La técnica experimental consiste en la introducción vaginal de un dispositivo con punta redondeada con solución salina, posteriormente se realiza la preparación empleando como agente fijador una solución de alcohol éter (1:1) y como agente de tinción el colorante violeta de genciana posteriormente se observa dicho frotis al microscopio para identificar por citología la etapa del ciclo estral en la cual se encuentra. Las distintas fases del ciclo estral se pueden diferenciar de acuerdo con la presencia de estructuras celulares específicas de cada etapa. En primer lugar, la etapa denominada proestro sucede días antes de la ovulación, puede durar entre 12 y 18 horas. En esta predominan las células epiteliales nucleadas de gran tamaño y cabe mencionar que no hay presencia de leucocitos, de manera adicional es sabido que en dicha fase el pH vaginal es de 5.4 y la vagina se torna seca siendo que los ovarios están en plena producción folicular.

Dentro de esta fase se pueden distinguir varias subfases según el número de células y tamaño de los núcleos. En proestro tardío las células epiteliales superficiales empiezan a transformarse en células cornificadas, con aspecto escamoso y anucleado, transparente de forma irregular, que aparecen en el frotis claramente distinguibles de las células nucleadas del epitelio vaginal.
Ahora bien, en la etapa conocida como estro, la cual dura entre 9 y 15 horas, presenta un pH vaginal de 4.2 y es en esta fase que aparece un flujo vaginal abundante y frecuente. Los estrógenos circulantes provocan cambios en el útero y aparece el deseo de apareamiento, de igual forma aumenta la producción de hormona folículo estimulante (FSH) y hormona luteinizante (LH) en los dos días siguientes. El estro se caracteriza por cambios conductuales en el animal siendo que las ratas muestran una mayor actividad, tienden a frotar más la cabeza y espalda mostrando a su vez conductas de nerviosismo. 

Específicamente en la recta final del mismo, ocurre la ovulación que suele durar unas 12 horas, es preciso mencionar que en esta fase existe una gran abundancia de células anucleadas escamosas que proceden de la descamación del epitelio superficial de la vagina las cuales pueden aparecer formando masas blancas e irregulares. La fase ovulatoria y la conducta sexual de la rata tienden a estar sincronizadas por ritmos biológicos circadianos de manera que estos eventos ocurren en determinadas horas (medianoche y primeras horas de la mañana, respectivamente).

De manera subsecuente, el periodo de metaestro se caracteriza por la presencia de algunos leucocitos además de células cornificadas anucleadas, en el caso de los leucocitos, estos se reconocen bien por su tamaño pequeño y la forma irregular de su núcleo, que aparece fuertemente teñido. Es importante mencionar que esta es una fase de transición, que dura de 10 a 4 horas la cual se presenta una vez finalizada la fase del estro que permite la continuación del ciclo hacia la siguiente fase denominada diestro.

Finalmente, en el diestro, los leucocitos invaden el epitelio vaginal y son las células predominantes en los frotis vaginales. Esta es la fase más larga y variable del ciclo en la cual empiezan a aparecer células nucleadas epiteliales, cuya abundancia aumenta a medida que avanza el diestro. Al final de esta etapa, los folículos ováricos empiezan a crecer bajo la influencia de pequeñas cantidades de FSH y LH en preparación para el próximo ciclo.

Ahora bien, como puede ser observado en la tabla 2: “Observaciones del frotis vaginal para las diferentes ratas”, de la sección de resultados las etapas del ciclo estral analizadas en las diferentes ratas, no corresponden de manera total a la secuencia indicada en la literatura para el transcurso normal del ciclo. Sin embargo se sabe que el ciclo estral, puede ser interrumpido por factores externos siendo uno de estos el estrés. El estrés, es un proceso químico, físico y emocional, causante de una tensión que puede llevar a la enfermedad física de las ratas, produciendo la suspensión del ciclo estral. (Cabrera, 2004) De igual manera, la literatura reporta que los cambios de humedad, la intensidad lumínica o el estrés, patrones característicos de las ratas trabajadas debido a su constante movilización por los procedimientos experimentales, a través de las glándulas pineal y adrenales pueden disociar la apertura vaginal, la primera ovulación y de igual forma el ciclo estral, fenómenos que se encuentran correlacionados habitualmente. Esto podría deberse a bajos niveles de estradiol insuficientes para estimular la LH y FSH necesarias para la ovulación. (Galassi,s/a)

De manera adicional, la fisiología ovárica y uterina puede ser influenciada por factores hormonales externos, no dependientes del ciclo hormonal endógeno, tales como: disruptores endocrinos (contaminantes ambientales, tóxicos o drogas), hormonas exógenas, intervenciones quirúrgicas de órganos reproductivos o la estimulación mecánica del cuello cervical. Según sean los casos y los efectos, se puede alterar el ciclo estral, presentándose variaciones en las proporciones relativas de las células del frotis vaginal, lo cual será indicador directo de alteraciones del ciclo ovárico y uterino. En el caso de los cambios fisiológicos hormonales en el ciclo reproductivo de mamíferos, a causa de la estimulación mecánica del cuello cérvicouterino por manipulación del animal o por apareamiento de la
hembra con un macho estéril, estos son provocados por la inducción de cambios hormonales característicos del estado de “pseudopreñez”, similar al estado hormonal inicial de una verdadera gestación en la rata. Ambos estados se caracterizan por el mantenimiento del cuerpo lúteo que permite el mantenimiento de la secreción de progesterona durante los 12 días de pseudopreñez. En el caso de una verdadera gestación el cuerpo lúteo es mantenido por las gonadotropinas de la placenta para la continua secreción de progesterona por lo cual, en los dos casos antes mencionados, en el frotis vaginal se encontrará un estado de “metaestrodiestro”, característico de este estado fisiológico. (Ferré, 2010)

CONCLUSIONES
Mediante la realización de esta práctica aprendimos a realizar los frotis vaginales y adquirimos la capacidad y habilidad necesarias para la identificación de las diferentes etapas del ciclo estral de la rata de acuerdo a las células que observamos en cada una de ellas mediante su observación microscópica, lo cual nos permitió seguir la secuencia de las diferentes etapas del ciclo estral, sin embargo en nuestros resultados algunas de estas fases no concordaban, atribuimos esto a factores externos como el estrés, condiciones ambientales y/o el metabolismo propio de las ratas.

REFERENCIAS
I. Cabrera, P. [et.al.] (2004) Estrés: Factor modificante del ciclo estral de la rata. [en línea] ACMOR: México. Disponible en: http://acmor.org.mx/sites/default/files/Proyecto_Estres.pdf
II. Ferré, L. (2010) Sistema reproductor: Cambios en la fisiología ováricauterina por estímulos hormonales. [En línea] Universidad de Buenos Aires: Argentina. Disponible en:
http://www.dbbe.fcen.uba.ar/old/materias/fac/TPSistemaReproductor2010.pdf
III. Galassi, P. (s/a) Reproducción de especies en laboratorio: Rataratón. [en línea]
Universidad de Buenos Aires: Argentina. Disponible en: http://dpd.fvet.uba.ar/cartelera/00010199.pdf
IV. Kalant Harold, (2002). Principios de Farmacología médica. 6ªed. Ed. Oxford University Press, México.
V. Katzung, B (2002), Farmacología Básica y Clínica. 8 ° edición. Editorial Manual Moderno

Fármacos antiulcerosos

 INTRODUCCIÓN

Una de las patologías más frecuentes en la actualidad son las úlceras gastroduodenales (10% de la población mundial). Hasta el descubrimiento de los nuevos antiulcerosos, eran enfermedades crónicas, su tratamiento farmacológico con compuestos como antiácidos o anticolinérgicos, era poco efectivo y no producía la cicatrización de la lesión, con la consiguiente afectación de la calidad de vida de los pacientes. Por su parte las distintas técnicas quirúrgicas que se empleaban eran excesivamente agresivas. Los nuevos fármacos antiulcerosos fueron una de las aportaciones más importantes a la terapéutica farmacológica del siglo XX. Hoy día se consigue la curación en un porcentaje que oscila entre el 70 a 98% de los casos. Sin embargo, a pesar de su bien documentada eficacia clínica y seguridad, aún hay un porcentaje de pacientes refractarios a los tratamientos, lo que debe impulsar la investigación clínica en este campo.

La enfermedad péptica ulcerosa se define como un grupo de procesos que resultan de la ruptura del equilibrio entre la secreción ácida gástrica y los correspondientes mecanismos de defensa de la mucosa. Las úlceras también se producen en situaciones de estrés, y en tratamientos prolongados con fármacos gastroerosivos como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), glucocorticoides, etc. La introducción de los antagonistas del receptor H2 de la histamina (1976) (Cimetidina, Famotidina, etc) y posteriormente (1980) de los inhibidores de la bomba de protones (IBPs: Omeprazol y similares), fue un importantísimo avance en el tratamiento de las patologías asociadas con hiperpirosis y reflujo ácido. Así mismo, fue fundamental el descubrimiento, en el año 1983, de la etiología infecciosa, producida por un bacilo gram negativo, Helicobacter pylori (85% de pacientes).

El tratamiento médico de la úlcera gastroduodenal permite el uso de fármacos eficaces en periodos cortos de tiempo, con un porcentaje elevado de cicatrizaciones.

Los tratamientos deben individualizarse, eligiendo entre el gran número de fármacos disponibles y basándose en la respuesta de cada paciente.

OBJETIVO

Evaluar el efecto protector de la mucosa gastrointestinal de tres fármacos antiulcerosos: omeprazol, ranitidina y subsalicilato de bismuto, administrando una dosis vía oral a cada lote de ratas albinas correspondientes y por medio del modelo CARDANFESC examinar los resultados para determinar la eficacia antiulcerosa.

HIPÓTESIS

Al llevar a cabo la administración de un fármaco antiulceroso por vía oral a cada lote de ratas Wistar correspondiente, aumentará la producción de la mucosa gástrica, ayudando de esta manera a disminuir en gran medida la aparición de úlceras gastroduodenales por su inducción mediante el modelo de CARDANFESC (modificado).

DIAGRAMA ECOLÓGICO


RESULTADOS


ANÁLISIS DE RESULTADOS

Como ha sido mencionado anteriormente, las úlceras pépticas se encuentran caracterizadas por una pérdida de sustancia en la mucosa, que se extiende por lo menos hasta la m uscularis mucosae, y se localiza siempre en regiones del tracto digestivo expuestas a la acción del ácido clorhídrico y precisa como sustrato la existencia de mucosa gástrica o de áreas de metaplasia gástrica en otra localización diferente a la cavidad gástrica. Las principales localizaciones de la úlcera péptica son el estómago y el duodeno; en este último caso, las lesiones suelen situarse en la primera porción duodenal.

El desarrollo de la úlcera péptica se produce como consecuencia de la pérdida de la situación de equilibrio, que en condiciones normales se logra a través de los mecanismos fisiológicos que gobiernan la función de la mucosa gástrica y su constante reparación y los agentes agresivos (secreción ácida gástrica, AINES y otros fármacos, infección por H . pylori, entre otras).

De manera experimental, fue inducida la producción de úlceras pépticas en ratas Wistar macho mediante la aplicación del modelo farmacológico denominado CARDANFESC que encuentra su fundamento en la administración de soluciones de fármacos antiinflamatorios no esteroideos; como el naproxeno, en alcohol al 60%. El principio de dicho modelo consiste en la capacidad del alcohol administrado de manera aguda para afectar la secreción ácido gástrica, originar una inflamación de la mucosa e incluso interferir con la actividad de los músculos circundantes al estómago y el intestino delgado y por ende, dar lugar a la alteración del tiempo de tránsito de alimentos a través de dicho órganos, (Bode, Bode, 1997) y a su vez, la capacidad de los AINES, siendo en este caso empleado en naproxeno, para dar origen a alteraciones en el tracto gastrointestinal.

La mucosa gastrointestinal está continuamente expuesta a factores agresivos exógenos, siendo uno de los más comunes representado por los fármacos ulcerogénicos. El mantenimiento de la integridad de la mucosa en estas circunstancias depende de la activación permanente de elementos preepiteliales (capa de mocobicarbonato y surfactante), epiteliales (fosfolípidos de superficie, bombas de intercambio iónico en la membrana apical de las células superficiales, uniones estrechas intercelulares y fenómeno de restitución celular) y postepiteliales (flujo sanguíneo mucoso), que crean una barrera fisicoquímica que separa el medio interno de la luz gástrica. Esta barrera mucosa es parcialmente permeable y permite mantener las condiciones biológicas y un intercambio controlado entre ambos medios. Existen evidencias de que los AINES alteran los distintos elementos de la barrera mucosa gástrica. De forma preepitelial alteran la composición de la capa de moco al inhibir la secreción de bicarbonato, así como la síntesis y secreción de moco por las células epiteliales superficiales lo cual origina una disminución del gradiente de pH a través de la capa de mocobicarbonato y una mayor exposición de las células epiteliales a la acción del ácido gástrico. Por otra parte, al inhibir la síntesis de prostaglandinas, estos fármacos pueden alterar la respuesta proliferativa de la mucosa y afectar los mecanismos de regeneración celular y adicionalmente, la inhibición de la síntesis de prostaglandinas puede provocar un aumento en la secreción ácida gástrica. (Quintero, 2000)

Recientemente se ha constatado que tanto la administración oral como parenteral de AINES altera las propiedades hidrofóbicas de la mucosa gastroduodenal favoreciendo la retrodifusión de hidrogeniones y el riesgo de lesión tisular. La hidrofobicidad superficial de la mucosa se debe a una monocapa constituida fundamentalmente de fosfolípidos con propiedades tensoactivas, que se ha denominado surfactante, y que se extiende por la superficie de moco que cubre el epitelio superficial, este rechaza la retrodifusión de hidrogeniones hacia el epitelio y de esta manera, el material surfactante se almacena en organelas específicas de las células epiteliales superficiales siendo segregado mediante un proceso dependiente de prostaglandinas. Estudios experimentales recientes han demostrado que la administración de AINES inhibe la secreción de fosfolípidos por las células mucosas superficiales disminuyendo de forma significativa la hidrofobicidad de la mucosa gástrica. (Quintero, 2000)

Por otro lado, los factores protectores de la mucosa gastroinstestinal son el moco y el ión bicarbonato que se secretan en las células epiteliales de la mucosa gástrica a partir de un estímulo procedente de las prostaglandinas. Además, la protección de la mucosa queda asegurada por la renovación celular, que permite una rápida reparación del epitelio mucoso y por una vascularización particularmente rica que proporciona los elementos metabólicos necesarios para asegurar la resistencia de la mucosa. Los mediadores como el óxido nítrico (NO) y ciertas prostaglandinas como la PGE 2 y la PGI 2, son también elementos esenciales en la regulación de todos los factores involucrados en la defensa.

La actuación farmacológica en caso de úlcera grastroduodenal se lleva a cabo disminuyendo los factores irritativos o potenciando los factores protectores. Los fármacos utilizados para la terapia antiulcerosa se dividen en: fármacos que neutralizan la acidez (antiácidos), fármacos que disminuyen los factores irritativos (antihistamínicos H2 e inhibidores de la bomba de protones) y fármacos que aumentan la protección o la restauran (sales de bismuto). (Betés, Durán, Mestres, Nogués, 2008)

En esta sesión experimental, fue evaluada la eficacia de tres diferentes fármacos antiulcerosos: omeprazol, ranitidina y subsalicilato de bismuto (Peptobismol), mediante la evaluación de diferentes parámetros, tales como la coloración de la mucosa, pérdida de los pliegues de la mucosa, petequias, hemorragia, pérdida de moco y necrohemorragias; los primeros se evaluaron en una escala de 13

y las necrohemorragias fueron evaluadas en escala de 15.

El omeprazol pertenece al grupo de fármacos que disminuyen los factores irritativos; es una base débil, que se concentra y pasa a la forma activa en el medio extremadamente ácido de los canalículos intracelulares de la célula parietal, inhibiendo en ellos a la enzima H + K +ATPasa, es decir, la bomba de protones. Este efecto en el paso final del proceso de formación del ácido gástrico es dosis-dependiente y proporciona una inhibición altamente eficaz tanto de la secreción ácida basal como de la secreción ácida estimulada, independientemente del estímulo. Todos los efectos farmacodinámicos observados pueden explicarse por el efecto del omeprazol sobre la secreción ácida. (Zimmermann AE, et. al.; 2001)

Al igual que el omeprazol, la ranitidina pertenece al mismo grupo, específicamente es un antihistamínico. La ranitidina inhibe de forma competitiva la unión de la histamina a los receptores de la células parietales gástricas (denominados receptores H2) reduciendo la secreción de ácido basal y estimulada por los alimentos, la cafeína, la insulina o la pentagastrina. A la vez reduce el volumen de ácido excretado en respuesta a los estímulos con lo cual, de forma indirecta, reduce la secreción de pepsina.

Es importante mencionar que la ranitidina no tiene ningún efecto sobre la gastrina, ni afecta el vaciado, la motilidad gástrica, la presión intraesofágica, el peristaltismo o las secreciones biliares y pancreáticas. Tampoco tiene propiedades anticolinérgicas. El efecto que muestra es meramente cicatrizante sobre la mucosa gastrointestinal, protegiéndola de la acción irritante del ácido acetilsalicílico y de los AINES. ( Ehsanullah RSB; 1998).

En cuanto al s ubsalicilato de bismuto, mejor conocido como Peptobismol, pertenece al grupo de fármacos protectores de la mucosa, se utiliza como un antidiarreico y para tratar algunas enfermedades gastrointestinales. Este fármaco va a estimular l a absorción de fluidos y electrolitos a través de la pared intestinal (acción antisecretora) y también cuando es hidrolizado a ácido salicílico inhibe las síntesis de prostaglandinas responsables de la inflamación intestinal y la hipermotilidad, adicionalmente enlaza las toxinas producidas por E. coli. El Subsalicilato de bismuto y los productos de reacción intestinal, oxicloruro de bismuto e hidróxido de bismuto tienen acción bactericida y antiácida. ( Kalant Harold; 2000).

Como ya se ha visto, los tres fármacos presentan el mismo efecto farmacológico, al verse involucrados con las secreciones gastrointestinales; sin embargo, el mecanismo de acción por el cual actúan es diferente.

En la práctica, en la disección del estómago y duodeno de las ratas, se pudo observar cómo estos tres fármacos llevaron a cabo su acción “protectora” sobre las mucosas, tanto gástrica como duodenal, ante el daño provocado por la administración del naproxeno con alcohol. Al administrar el naproxeno con el alcohol, se espera que se produzca desde una lesión hasta una hemorragia en el tracto gastrointestinal, además de que las ratas fueron sometidas a un ayuno, el ayuno prolongado causa alteración en las vellosidades intestinales a consecuencia de falta de sustratos proteicos, lo que indujo de manera más fácil los daños en la mucosa gástrica y duodenal. El alcohol funciona como una sustancia necrotizante, que a nivel de la mucosa gástrica, provoca una ruptura y desprendimiento del epitelio, además de que presenta una deshidratación a nivel celular; por su parte, el naproxeno es un AINE que daña la mucosa a través de dos mecanismos, por efecto tópico y sistémico, inhibiendo la glicólisis y el ciclo del ácido tricarboxílico, alterando la fosforilación oxidativa y la producción de ATP celular. El efecto sistémico depende de la inhibición de la biosíntesis de las prostaglandinas endógenas de la mucosa gástrica (PG), especialmente E1, E2 e I2, cuyas acciones se caracterizan por incrementar la secreción de moco y bicarbonato, principalmente. (Frisancho, O. 1997).

De esta manera al realizar la administración de estos se producirá el adelgazamiento de la mucosa gástrica, por efecto de la inhibición de la síntesis de Prostaglandinas, lo cual también afectará el pH y por tanto aumentará las lesiones producidas tanto en la pared gástrica como en la duodenal.

De acuerdo a los resultados obtenidos fue evidente la acción protectora de los tres fármacos administrados en comparación con el lote control en el cual no utilizamos agente antiulcerante, en el cual se obtuvieron los índices de úlceras gástricas y duodenales junto con los porcentajes de daño más elevados, sin embargo podemos decir que el subsalicilato de bismuto fue el fármaco antiulceroso que presentó el mayor efecto protector en la mucosa gastrointestinal, debido a que se obtuvieron los porcentajes menores en cuanto al daño causado de acuerdo a los parámetros evaluados y los porcentajes mayores en cuanto a la recuperación. Seguido de la ranitidina cuyo efecto protector fue menor que el peptobismol pero mayor que el omeprazol, en este último se presentaron los índices de úlceras pépticas, es decir, lesiones gastrointestinal en grado semejante a las obtenidas en el lote control.

Debido a que usamos el alcohol como agente gastrolesivo, el cual produce daño independientemente de la acidez gástrica, el mecanismo de los fármacos utilizados se pueden catalogar como citoprotector. Es importante mencionar que no se puede designar que un agente antiulceroso presente mayor eficacia que otro, debido a que su mecanismos de acción difieren de acuerdo al grupo al que pertenezcan y también dependerá del periodo de curación que presente cada uno de ellos. ( Kalant Harold; 2000)

CONCLUSIONES

Se evaluó el efecto protector de la mucosa gastrointestinal de los tres fármacos antiulcerosos: omeprazol, ranitidina y subsalicilato de bismuto, en cada lote de ratas albinas y por medio del modelo CARDANFESC logramos examinar los diferentes parámetros que nos permitieron determinar la eficacia antiulcerosa de cada uno de ellos, llegando a la conclusión que para este estudio en nuestro caso el fármaco antiulceroso que presentó el mayor efecto protector en la mucosa del tracto gastrointestinal fue el subsalicilato de bismuto mejor conocido como peptobismol.

BIBLIOGRAFÍA

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IV. Kalant Harold, (2000). Principios de farmacología Médica. Editorial Oxford. 6ta. edición. México.

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VI. Zimmermann AE, Walters JK, Katona BG, Souney PE, Levine D. A review of omeprazole use in the treatment of acidrelated disorders in children. Clin Ther 2001 May 23:5 66079;

lunes, 21 de febrero de 2022

Estudio experimental de la acción depresora del alcohol etílico sobre el Sistema Nervioso Central

 INTRODUCCIÓN

El alcohol etílico o etanol de fórmula química (CH3CH2OH) es un líquido incoloro y volátil que está presente en diversas bebidas fermentadas. Está clasificado como depresivo, lo que significa que disminuye las funciones vitales, lo que resulta en lenguaje mal articulado, inestabilidad de movimiento, percepciones alteradas e incapacidad para reaccionar con rapidez. En cuanto a la forma en que afecta a la mente, el alcohol se comprende mejor si se ve como una droga que reduce la capacidad de la persona para pensar en forma racional y distorsiona su capacidad de juicio. ( Téllez J., 2004)
Aunque se clasifica como depresivo, la cantidad de alcohol que se consume determina el tipo de efecto que tiene. Mucha gente bebe por el efecto e stimulante , como en el caso de una cerveza o un vaso de vino que se toman “para animarse”. Pero si una persona consume más de lo que el cuerpo puede tolerar, entonces experimentará el efecto depresivo del alcohol, perdiendo la coordinación y el control. ( Repetto M., 1997)

El etanol (EtOH) se absorbe rápidamente por el tubo digestivo a nivel del estómago, intestino delgado y colon. Por vía de inhalación hacia los pulmones el tejido subcutáneo y la piel, son vías a través de las cuales puede ser adicionalmente absorbido. La absorción completa puede requerir de 26 horas o más, pero esto depende del volumen y la concentración de la sustancia, presencia de alimento en estómago y tiempo en que la bebida se ha ingerido. ( Téllez J., 2004)

Una sobredosis de alcohol provoca efectos depresivos mucho más severos (incapacidad para sentir dolor, intoxicación que obliga al organismo a vomitar el veneno, y finalmente inconsciencia o peor aún, coma o muerte provocada por una grave sobredosis tóxica). Estas reacciones dependen de la cantidad de alcohol que se consuma y de la rapidez con que se consuma. (R epetto M., 1997). E xisten diferentes tipos de alcohol. El alcohol etílico (etanol) es el único que se utiliza en las bebidas. Se produce por la fermentación de cereales y frutas. El porcentaje de alcohol etílico presente en cada bebida puede variar: la cerveza presenta, aproximadamente, un 5% de alcohol; el vino se acerca al 15% y los licores pueden llegar a contener un 50% de etanol. ( Téllez J., 2004)

En consumidores crónicos de alcohol, se han comprobado efectos adversos nutricionales, neurológicos, hepáticos y teratogénicos. En intoxicación aguda se pueden presentar alteraciones en el sistema nervioso central, gastrointestinal, endocrino y en el equilibrio ácido básico especialmente.

En este trabajo evaluaremos el mecanismo de acción del alcohol; así como también determinaremos la dosis a la cual este produce un efecto depresor no selectivo sobre el sistema nervioso central en ratones albinos empleando el modelo de tracción o cuerda tirante.


OBJETIVO

Evaluar la acción depresora no selectiva del etanol sobre el sistema nervioso central (SNC) en ratones albinos, mediante la administración de diferentes volúmenes de bebidas alcohólicas utilizando el modelo de tracción para comprobar el efecto de relajación muscular.


HIPÓTESIS

Si se administran tres bebidas alcohólicas de diferentes grados en dosis crecientes a ratones albinos, se podrá evaluar el efecto depresor no selectivo de este sobre el sistema nervioso central mediante el empleo del modelo de tracción verificando si existe relajación muscular y coordinación motora.


DIAGRAMA ECOLÓGICO


RESULTADOS



ANÁLISIS DE RESULTADOS

El etanol ejerce su principal influencia sobre el sistema nervioso, su acción psicofisiológica y farmacodinámica es fundamentalmente depresiva, semejante a la producida por anestésicos generales. Al igual que estos últimos, el EtOH actúa sobre la membrana neuronal debido a su alta solubilidad en los lípidos. De acuerdo con Littleton, citado por Swonger y Constantine (1985), puede condicionarse el efecto depresivo central del alcohol a su acción fluidificante sobre los lípidos, a la reducción de los fosfolípidos poliinsaturados y al incremento del colesterol; lo cual afecta directamente los sistemas transmisores, particularmente la sinapsis del sistema gabérgico.

Como hemos venido estudiando, el ácido gammaaminobutírico (GABA) es el principal neurotransmisor inhibitorio del SNC. Este neurotransmisor presenta dos tipos de receptores: el GABAalfa y el GABAbeta, de los cuales, apenas el GABAalfa es estimulado por el alcohol dando lugar a un efecto aún más inhibitorio en el cerebro, llevando al relajamiento y sedación del organismo. Se reporta en la literatura que diversas partes del cerebro son afectadas por el efecto sedativo del alcohol, como aquellas responsables del movimiento, memoria, juzgamiento y respiración. (Dubowski, K. 1985)

Evidencias científicas sugieren que el alcohol inicialmente potencializa los efectos del GABA, aumentando los efectos inhibitorios, pero, con el pasar del tiempo, el uso crónico del alcohol reduce el número de receptores GABA por un proceso de regulación negativa (down regulation) lo que explica el efecto de tolerancia al alcohol, es decir, el hecho de que los individuos cada vez necesiten de dosis mayores de alcohol para obtener los mismos efectos anteriormente obtenidos con dosis menores. Los síntomas de abstinencia pueden ser explicados por la pérdida de los efectos inhibitorios, en combinación con la deficiencia de receptores GABA. (Dubowski, K. 1985)

Para determinar el efecto depresor del EtOH sobre el SNC fueron evaluados por triplicado diferentes lotes de ratones albinos como controles p or medio de la prueba de tracción de manera previa a su administración. Cabe mencionar que esta acción antes descrita es un parámetro de evaluación crítica debido a que la observación de los ratones bajo condiciones normales brinda la posibilidad de distinguir entre la relajación central y los efectos tóxicos en la función neuromuscular de los mismos. Así, se logró verificar que sus funciones motoras fueron normales ya que al suspenderlos por sus patas delanteras en la barra horizontal estos lograron colocar sus patas traseras sobre esta, denotando así la existencia de coordinación motora y ausencia de relajación muscular

En teoría, el modelo de tracción evalúa la pérdida de la función muscular motora normal, por lo que se considera un modelo de debilidad muscular, lo que bien puede considerarse un efecto colateral. (S ellers, E.,1998). De igual manera, es preciso mencionar que este modelo permite evaluar no solo la influencia de la función neuromuscular originada por fármacos sedantes y compuestos relajantes, si no también por agentes tóxicos. (Vogel, 1997) De acuerdo a los parámetros evaluados por este modelo, se sabe que un ratón en condiciones normales trata de posicionar sus patas traseras sobre la barra en menos de 5 segundos, de esta forma, si el ratón logra sostenerse por más de 5 segundos sobre la barra después de haber sido administrado, significa que esta sustancia ejerce un efecto depresor del SNC, siendo no selectivo para el caso del EtOH.
Partiendo de los resultados obtenidos con las pruebas de referencia, se procedió a la administración de tres diferentes bebidas alcohólicas: cerveza modelo (alc. 4.5% vol), vino rosado (alc. 10% vol) y tequila Sauza (alc. 40% vol.) en las diferentes dosis registradas en la Tabla 1. Como puede ser observado, se administraron diferentes volúmenes de cada una de las bebidas alcohólicas en los diversos lotes experimentales ya que, como es el caso de la mayoría de los agentes externos al organismo, los efectos del etanol son dosis o bien
concentración dependientes. (Lajtha, 1971)

Tras la evaluación de los resultados obtenidos se determinó que ningún lote de ratones tratados con las bebidas alcohólicas mostraron un efecto depresor del SNC puesto que no se observó algún tipo de relajación muscular al realizar la prueba de tracción. E sto puede explicarse en función del peso corporal de los animales porque de manera general, aquellos animales con pesos bajos presentan la capacidad de metabolizar el etanol a velocidades más rápidas que los animales más grandes. De manera adicional, la velocidad de eliminación del etanol en ratones es cinco veces mayor que en seres humanos, de esta forma, dicha velocidad metabólica se correlaciona con la tasa metabólica basal de estas especies, lo que indica que la capacidad de oxidar el etanol es paralela a la capacidad de oxidar los nutrientes típicos. Mencionado esto, es importante notar que las calorías
derivadas del etanol se producen a expensas del metabolismo de nutrientes comunes, puesto que este se oxida con preferencia sobre otros nutrientes. (Cederbaum, A. 2009) La literatura reporta que en los animales se muestra mayor resistencia a los efectos del etanol (Litter, 1988), dado que la administración de etanol produce un estado depresivo evidenciado por sueño, con pérdida de los reflejos de postura (Fromel y Seydoux, 1964).

Por esta razón, en esta experimentación con lo que respecta a nuestro equipo podemos decir que no se logró evidenciar el efecto depresor del alcohol etílico sobre el SNC de los modelos biológicos evaluados, siendo únicamente posible el evidenciar una notable reducción de los tiempos de latencia en la prueba de tracción de los ratones de manera posterior a su administración con las diferentes bebidas alcohólicas, esto en comparación con los resultados de las pruebas control realizadas con los mismos como puede ser apreciado en las gráficas 1 y 2. Sin embargo, resultados de pruebas realizadas por otros equipos durante la sesión experimental señalan la existencia de efectos de relajación muscular, siendo esta característica más notoria en aquellos lotes con dosis de etanol mayores así como con la bebida de mayor graduación alcohólica (Tequila, Sauza alc. 40% vol.).

Adicionalmente, es importante resaltar que la composición de la bebida alcohólica influye en los efectos hacia el SNC de manera directamente proporcional a la concentración de alcohol presente en los fluidos corporales o en la sangre. (Escallón, 1988) De esta forma, con una menor concentración de etanol puede presentarse un efecto de relajación manifestado como desinhibición, por otro lado con una mayor concentración de esta sustancia pueden generarse efectos de relajación muscular con pérdida de la coordinación motora. Tomando como referencia el volumen total del líquido que existe en el cuerpo, es sabido que un 0.05% a 0.10% de la concentración de etanol en sangre produce una sensación de relajación, sedación y euforia debido a la desinhibición que puede producir pudiendo ser considerado equivocadamente como un estimulante (Souza y Macharro, 1988) aunque en realidad el alcohol es un depresor del sistema nervioso central (SNC), que de manera inicial tiene un efecto de desinhibición seguido de un efecto depresor. Cabe mencionar que las propiedades estimulantes atribuidas al alcohol son el resultado de la depresión de áreas cerebrales responsables de los mecanismos inhibidores. Como resultado de ello algunas partes del cerebro y sus conductas asociadas quedan liberadas del freno inhibitorio de esta forma, con el consumo de alcohol se produce la euforia existiendo una reducción prácticamente total de las habilidades motoras.

El SNC se constituye como el sistema más sensible al alcohol. Algunos autores han enumerado las acciones básicas del alcohol sobre el sistema nervioso siendo estas; la euforia, la desaparición de las desinhibiciones, la descoordinación muscular y el aumento del tiempo de reacción. La intensidad de cada uno de estos efectos tiene una relación directa con la cantidad de alcohol en la sangre, que a su vez tiene una correlación directa con la duración del consumo de alcohol. Debido a su acción psicofisiológica y farmacodinámica fundamentalmente depresiva, el EtoH reduce la transmisión sináptica en este sistemas iendo que su consumo produce efectos psicotrópicos parecidos a los de otras sustancias sedanteshipnóticas.

El alcohol modifica, entonces, la conducta no solamente a nivel de coordinación motora, sino a nivel perceptual y cognitivo e influye notablemente en el desempeño.
Desde el punto de vista farmacológico, es importante comprender qué es y cómo actúa el alcohol en el organismo para entender los efectos que causa a distintas dosis y/o concentraciones, por otro lado, es un hecho conocido que el consumo excesivo de alcohol causa trastornos en el sistema nervioso central, presentando alteraciones en la memoria y en las funciones intelectuales como cálculo, comprensión y aprendizaje.
Por último hay que mencionar que el estudio de la actividad motora y miorrelajante es un parámetro de suma importancia que refleja el estado fisiológico global del animal y su respuesta al entorno. Es innegable el valor de las medidas de actividad motora espontánea en el screening farmacológico de nuevos agentes estimulantes y depresores, así como que los cambios de dicha actividad pueden tener consecuencias importantes en la medida de todos los aspectos del comportamiento.

CONCLUSIONES
Se administraron diferentes dosis de etanol contenido en bebidas (cerveza, vino, tequila) con diferentes graduaciones alcohólicas a ratones albinos y se evaluó su efecto con la prueba de tracción, resultando imposible el comprobar la acción depresora no selectiva de esta sustancia; expresada en términos de relajación muscular y disminución de la coordinación motora sobre el sistema nervioso central en los distintos lotes experimentales trabajados debido a cuestiones propias del metabolismo de la especie.

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